“Es tan corto el amor y tan largo el olvido…”
Así nos hablaba Pablo Neruda acerca del desamor y el corazón.
Hablamos de un sentimiento intenso, fugaz, pletórico que en un solo instante puede venirse abajo y hundirnos con él.
Se rompen nuestras ilusiones, nuestras expectativas y proyectos y aparece el miedo, la culpa, las dudas y la incertidumbre hacia la realidad.
Un proceso nada sencillo donde aparecen el insomnio y la dificultad para llevar a cabo el día a día.
Algunas personas se quedan atrapados en la rabia y el dolor y esto hace que sea muy destructivo para la persona, ya que afecta a nivel de salud mental y físico.
Por suerte, uno siempre se acaba reconstruyendo su vida, adaptándose y avanzando siempre hacia adelante.
Las rupturas de pareja son un duro proceso que todo el mundo suele haber pasado alguna vez, bien porque la relación no ha funcionado, o bien porque han sucedido una serie de circunstancias que han hecho que esta acabe.
En la mayoría de estas situaciones, las personas no saben cómo gestionar estas emociones que aparecen, estos pensamientos o este proceso de cambio en su vida.
Es común pedir ayuda a amigos o familiares para encontrar un alivio a nuestro dolor, a lo que siempre suelen responder con un “date tiempo”, “sal de fiesta con tus amigos” o, incluso, “búscate otra pareja”.
Estas respuestas pueden servirnos (o no) momentáneamente, pero lo cierto es que casi nunca suelen ser útiles para restablecer nuestro equilibrio interior.
Para superar una separación y aceptarla por completo requiere pasar por diferentes etapas, ya que es un duelo, y este proceso requiere tiempo y gestión de emociones.
En algunos casos es muy recomendable buscar la ayuda de un profesional en psicología que nos oriente y nos ayude a regular nuestros pensamientos y sensaciones.
Este proceso de duelo es similar al proceso de pérdida (cuando se muere alguien o perdemos a alguien o algo), por lo que requiere gran trabajo y esperanza de superación.
Las 5 fases del duelo en la ruptura de un amor
A continuación pasaremos a explicar las fases del duelo y las características más relevantes de cada una de estas etapas:
1. Negación
En esta fase se negará aceptar la realidad y no será plenamente consciente de que la relación se ha terminado. Aparecerán sentimientos de tristeza, llanto, risa y otras emociones contradictorias que evitan ver la verdad.
2. Ira
En esta etapa aparecerá la culpa y la rabia, pensamientos negativos acerca de quién ha actuado mal, quien es el responsable de la ruptura, cargas emocionales que en su momento no dejamos ir y aparecen de manera espontánea y con alto nivel de intensidad. La ansiedad y la agresividad van acompañadas de la mano y son las protagonistas de este proceso, por ello es importante saber gestionarlas para que sean lo menos nocivas para nosotros.
3. Negociación
Aquí es donde la desesperación nos hace actuar como si fuésemos abogados, buscando un contrato justo que favorezca a ambas partes con la cláusula de permanecer juntos a cambio de lo que sea. La impulsividad y la manipulación se apoderan de nosotros y nos hacen suplicar y rogar como si se nos fuera la vida en ello. Raramente esto termina de buena manera, puesto que no se trata de una negociación sana, dado el dolor que estamos padeciendo y que estamos evitando aceptar al ser conscientes de que que esa relación ha llegado a su fin por muy fuerte que haya sido. El acuerdo más sano que se puede establecer es terminar siendo amigos después de dejar un tiempo de separación para que las heridas cicatricen.
4. Depresión y hundimiento
En esta etapa se comienza a entender que la relación se ha terminado y que no hay marcha atrás, digamos que se comienza a aceptar la realidad. Aquí aparecen los sentimientos de tristeza, apatía, desgana y desesperanza. Todas estas emociones son normales y forman parte del proceso de sanación, y la rapidez con la que pase dependerá de la manera de gestionarla.
5. Aceptación
Esta es la última fase, en la que finalmente aceptas por completo que tu pareja y tú terminasteis y empiezas a dejar de bombardear tu cabeza con pensamientos negativos y derrotistas. Tienes recuerdos de la relación pero no te generan tanto dolor como antes y la situación se normaliza, es aquí cuando comienzas a rehacer tu vida.
La isla de los sentimientos
La isla de los sentimientos es una historia de Jorge Bucay que nos puede ayudar a reflexionar acerca de lo que es el amor.
Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Todos los sentimientos estaban allí. La vida era armónica y muy tranquila, a veces hasta previsible.
La Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo; otras veces, la Constancia y la Convivencia lograban aquietar al Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Resulta que la isla se estaba hundiendo y todos debían huir.
Los sentimientos se apresuraron a salir de la isla, se metieron en sus barcos y se fueron, pero el Amor se quedó, porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba, antes de que se hundiese.
Cuando pasó un rato el Amor comenzó a pedir ayuda. Se acercó la Riqueza y el Amor dijo:
-¡Llévame contigo!
-No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti. -dijo la Riqueza.
El Amor le pidió ayuda a la Vanidad, que estaba pasando:
-¡Vanidad, por favor ayúdame!
No te puedo ayudar, Amor, tú estás todo mojado y vas a ensuciar mi barco nuevo.
Entonces, el Amor le pidió ayuda a la Tristeza:
-Tristeza, ¿me dejas ir contigo?
A lo que respondió:
-Estoy tan triste que prefiero ir sola.
También pasó la Alegría, pero ella estaba tan alegre que no escuchó al Amor.
Finalmente el Amor desesperado comenzó a llorar y fue ahí donde escuchó una voz:
-Ven, Amor, yo te llevo. -Era un anciano, y el Amor estaba tan feliz que ni le preguntó su nombre.
Al llegar a tierra firme, le preguntó a la Sabiduría:
-Sabiduría, ¿quién es el anciano que me trajo aquí?
La Sabiduría respondió:
-Es el Tiempo, querido amigo, porque sólo el Tiempo es capaz de ayudar y entender al Amor.
Las 12 claves para superar la ruptura con mayor facilidad
- Soltar y dejar ir. Llorar, chillar, gritar, sacar todo fuera. Hablar con los demás sirve de ayuda para desahogarse. Llorar hasta quedarse sin lágrimas es una de las mejores terapias para liberarse y empezar a cicatrizar las heridas. Las piedras que no se sacan se enquistan y ahora tenemos una oportunidad para liberar todas las cargas que nos hieren.
- Hablar. Los amigos y nuestros seres queridos son las personas más adecuadas para expresar nuestros sentimientos, charlar y apoyarnos en ellos.
- Pensamiento positivo. Este es uno de los elementos más complejos dado el malestar y la tristeza que estamos experimentando. Sin embargo, todo lo que pasamos en nuestra vida es un aprendizaje, una experiencia que nos ayuda a crecer como personas y avanzar en nuestra vida. Por lo tanto, hay que tener presente que todo pasa, hasta en las peores situaciones todo termina acabando.
- Cuidarse. Tener una buena alimentación y hacer ejercicio regularmente nos ayudan a mantenernos fuertes para la batalla. Quererse y cuidarse es fundamental porque nos valoramos y nos damos cariño y esto hace que aumente nuestra autoestima.
- Mantener la mente ocupada. Los pensamientos son los principales causantes de nuestro estado de ánimo, por lo que si estamos pasando una situación complicada, hacer actividades como deporte, salir con gente o leer un buen libro hacen que sea más soportable el duelo.
- Lista de las causas. Escribir una lista de las causas que provocaron la ruptura y las ventajas que obtenemos de esa separación nos ayudan a sobrellevar los peores momentos y ser más objetivos a la hora de ver las cosas.
- Ahora es tu momento. Es la oportunidad idónea para pensar en ti, hacer eso que siempre has querido o darte ese capricho que tanto has estado esperando. Es momento de ser egoísta y preocuparte exclusivamente de ti.
- Escribir. Escribir un diario sobre pensamientos y emociones, sobre cosas que sentimos o cosas que se nos pasan por la cabeza es una buena forma de sentirnos mejor, conocernos e incluso descubrir cosas sobre nosotros mismos.
- Permítete estar mal. La sociedad nos enseña que siempre tenemos que estar bien y felices y realmente no es así. Somos personas que tenemos sentimientos tanto positivos como negativos y experimentarlos forma parte del ser humano, por lo que hay que aceptar esos sentimientos negativos y ese dolor, ya que forman parte de la curación.
- Cero culpa. No vale de nada pensar en lo que podías haber hecho o cómo lo podías haber resuelto de mejor forma. Ya nada de eso importa, cada uno actúa de la mejor forma que sabe en el momento que sucede así que basta de culpabilizar a tu yo del pasado. El momento que cuenta es el presente y la persona que más tienes que valorar eres tú mismo.
- Déjate ayudar. Pide ayuda cuando lo necesitas, busca apoyo, llora lo que sea necesario. Si necesitas ayuda de un psicólogo búscala y no te encierres en ti mismo ni en tus pensamientos.
- Tiempo al tiempo. No tengas prisa en recuperarte porque no tienes una máquina del tiempo y cada proceso necesita su duración. Ten calma y paciencia y bajo ninguna circunstancia te compares con nadie porque cada uno requiere su periodo de luto.
- La vida sigue. Intenta seguir con tus obligaciones y responsabilidades porque el mundo no se acaba en una pareja. El mundo es muy grande y las oportunidades que te esperan son infinitas, así que enfócate en tu presente y en tus sueños.
- Conecta con tu mente. El yoga y la meditación son ejercicios que van trabajando poco a poco con nuestro cuerpo y mente mediante la respiración. Son de gran ayuda para aprender a gestionar sentimientos y conseguir calmar la mente.