¿Pensando en darle un giro radical a tu alimentación? ¿Quieres mejorar tu dieta diaria para hacerla más sana y equilibrada? ¿Cuáles son las claves para comer sano, no tener hambre y conseguir la talla perfecta?
Para tener una dieta equilibrada hacen solamente falta dos cosas: comer la cantidad justa de calorías y comer una variedad adecuada de alimentos.
El primer paso es saber que una dieta sana es aquella que aporta a tu cuerpo la cantidad de energía exacta que necesita para su funcionamiento en el día a día. Parece lógico, ya que si bebes o comes demasiado, aumentarás tu peso. Si ingieres poca o comida, tu peso bajará. Y esto no es lo que buscamos.
Se recomienda que los hombres ingieran unas 2000-2500 calorías cada día, mientras que lo recomendado para ls mujeres es ingerir unas 2000 calorías.
El problema llega cuando tomamos más calorías de las que necesitamos. ¿Qué hacer en este caso?
Considera el desayuno como un ritual
En los días que corren, donde todo sucede tan deprisa, son muchas las personas que consideran el desayuno como algo opcional.
La realidad es que las evidencias demuestran que quienes mantienen un desayuno regulado tienden a padecer menos sobrepeso.
El desayuno tiene múltiples beneficios, tanto en el rendimiento mental como en la concentración a lo largo del día.
Sin duda alguna, un desayuno que incluya alimentos reguladores es esencial en una dieta equilibrada, ya que proporciona algunas vitaminas y minerales básicas en un menú saludable. Si quieres mantener una salud de hierro, consulta esta lista de alimentos reguladores para conseguir una alimentación sana y equilibrada.
Reduce las grasas saturadas
Es cierto que todos necesitamos grasas para sobrevivir, pero tienes que ser consecuente con la cantidad de grasas que metes en tu cuerpo.
Para que lo entiendas, existen dos tipos de grasas: las saturadas y las instauradas.
Las grasas saturadas pueden incrementar el colesterol en tu sangre, lo cuál podría desembocar en problemas de corazón.
Evita comer demasiadas galletas o pasteles, queso, salchichas o mantequilla y conseguirás disminuir tu ingesta de grasas saturadas.
En su lugar, opta por una alimentación basada en grasas instauradas, como los aceites vegetales, los pescados aceitosos o los aguacates.
Di no a los azúcares
Un exceso de azúcar en nuestra dieta se puede relacionar con los riesgos de obesidad y con los problemas dentales.
Las bebidas y comidas azucaradas -incluídas las bebidas alcohólicas- puede que te den un plus de energía temporal, pero también contribuyen al aumento de peso corporal
También destacan por producir problemas en tus dientes, sobre todo entre comidas.
Evita refrescos, pasteles, galletas, tartas… ya que contienen el tipo de azúcares que debemos estar si queremos mantener una dieta equilibrada.
Incrementa la cantidad de frutas y verduras
Cinco con las porciones de frutas y verduras que recomiendan los profesionales para una rutina diaria.
Barato y sencillo, ¿no crees? Puedes tomar un plátano o una manzana durante el desayuno o a media mañana.
También puedes tomar zumo de frutas o verduras -¡ojo! sin azúcar-, pues te dará una de esas porciones diarias. Pero ten encuentra que no importa cuantos tomes, pues solo contará como una.
Haz ejercicio habitual
Comer saludablemente, con una dieta equilibrada, también está estrechamente relacionado con mantener un peso adecuado.
El sobrepeso o la obesidad puede culminar con enfermedades como la diabetes de tipo 2, algunos cánceres, enfermedades de corazón y derrames cerebrales.
Para conseguir una salud de hierro, además de mantener una dieta equilibrada y baja en calorías, puedes empezar a hacer deporte frecuente para conseguir bajar de peso.
La actividad física es básica par mantener tu peso correcto. Para ello no necesitas dedicar largas horas en el gimnasio. Siempre puedes encontrar otras formas de añadir algo de actividad a tu vida diaria.
Siendo alguien activo físicamente conseguirás evitar enfermedades y mayor bienestar tanto físico o como mental.
Si después de hacer ejercicio sientes que necesitas más energía, no caigas en la trampa y elige alimentos y bebidas bajas en calorías, pero nutritivas.
Ingiere más pescado (sobre todo azul)
El pescado es una de las mejores fuentes de proteínas que puedes encontrar. Además, también contiene una elevada cantidad de vitaminas y minerales.
Decántate por ingerir al menos dos o tres porciones de pescado por semana, en especial los pescados aceitosos. Los pescados aceitosos, como las sardinas, arenques, truchas, el salmón o la caballa son ricos en grasas omega-3, las cuáles son beneficiosas para prevenir los problemas de corazón.
Toma menos sal
Las personas que mantienen estilos de vida saludables tienen muy en cuenta la cantidad de sal presente en sus dietas. El exceso de sal se relaciona con el aumento de la presión sanguínea, que puede culminar con el desarrollo de enfermedades del corazón o con derrames cerebrales.
Ten en cuenta que aunque reduzcas la cantidad de sal ingerida de manera activa, muchos alimentos que comen aún pueden tener dosis elevadas de sal, como los cereales que comes en el desayuno, las sopas, los panes y las salsas.