¿Tu coche tiene poca estabilidad a la hora de coger una curva? ¿Rebota excesivamente tras pasar un bache? ¿Los neumáticos de un lado están mucho más gastados que los del otro? Entonces, ha llegado el momento de cambiar los amortiguadores del coche.
Los amortiguadores han sido una parte fundamental en la fabricación de coches desde la década de los 50, ya que absorben los golpes. Son elementos indispensables en la suspensión del coche, en cualquiera de sus formas o modelos de circulación, dado que permiten que los rodamientos se adhieran convenientemente al pavimento.
Es importante conocer las diferencias entre suspensión y amortiguación. El primero es una estructura compleja hecha de varios componentes como los muelles, ruedas, cojinetes y entre los que se encuentran los amortiguadores. Este sistema da estabilidad al vehículo asegurando el agarre y el frenado.
Los amortiguadores son considerados como uno de los tres pilares principales de la seguridad al volante junto a los frenos y los neumáticos, por ello es indispensable mantenerlos en perfecto estado y así garantizar la seguridad de tu vehículo en la carretera y la prevención de accidentes de tráfico. Los amortiguadores en mal estado son un grave peligro para la conducción segura debido a que disminuyen el confort en el automóvil, dificultan el manejo del vehículo en carretera y aumentan la distancia de frenado.
A continuación te explicamos cómo debes cambiar los amortiguadores de tu coche para ahorrar dinero y para mantenerlo siempre en perfecto estado.
Paso 1. Localizar el amortiguador
Abre el capó y busca los tornillos del amortiguador a cada lado del automóvil, cercano al parabrisas. En el centro de este anillo de tornillos se encuentra el propio amortiguador. Normalmente tienen la forma de un cono metálico con una envoltura alrededor.
Paso 2. Quitar la rueda
Suelta los tornillos que fijan la rueda con una llave inglesa y eleva el automóvil con un gato mecánico. Los gatos usan fuerza hidráulica que puede perderse de repente y necesitan fijarse con soportes para realizar el trabajo de manera segura. Una vez hayas elevado el automóvil, coloca un gato hidráulico debajo para darle estabilidad. Quita los tornillos que fijan la rueda y retírala.
Paso 3. Quitar líneas de frenado y barra estabilizadora
Desatornilla el enganche con el destornillador adecuado y mueve las líneas de frenada para poder quitar el amortiguador. Para quitar la barra estabilizadora quita el gancho que lo fija con una llave inglesa.
Paso 4. Quitar el amortiguador
Primero debes quitar los tornillos de la dirección. Suele haber dos o tres tornillos largos que sujetan el amortiguador a la dirección. Quítalos retirando las tuercas de la base de montaje y soltando el amortiguador. En segundo lugar, abre el capó y busca las torres del amortiguador para quitar los tornillos. Suelen encontrarse en la mitad del guardabarros, parecen cilindros y suelen estar sujetos por tres tornillos.
Quita estos tornillos. Procura utilizar un compresor de amortiguadores con muelles para este proceso. A continuación, debes tirar del amortiguador pero no desatornilles el tornillo central de la parte superior de la bandeja del amortiguador hasta que hayas comprimido los muelles (este método se usa para ahorrar dinero «salvando» los muelles antiguos y montando el amortiguador nuevo). Si tienes una base de montaje de amortiguador, puedes tirar el amortiguador viejo y pasar a montar la nueva.
Paso 5. Montar el amortiguador nuevo
Monta la base de montaje nueva en la dirección colocando de nuevo los tornillos, bien fijos pero que permitan al montaje moverse con libertad. Si retiraste la barra estabilizadora o el soporte de la línea de frenado, vuelve a colocarlos ahora. Aprieta los tornillos con una llave inglesa, fijando la base de montaje a la dirección. Después coloca la rueda siguiendo las instrucciones del fabricante, así como los tornillos de la torre del amortiguador.
Paso 6. Comprueba que todo está correctamente colocado
Haz una prueba para evaluar con seguridad el automóvil. Es posible que el automóvil necesite algunos ajustes, por lo que evita conducir a alta velocidad o las zonas con mucho tráfico.
¡Toda la complejidad que puede tener la tarea de sustituir los amortiguadores de un coche ha quedado reducida a su mínima expresión!