Es una de las actividades más reconfortantes que puedes encontrar: plantar flores aromáticas o empezar un jardín de verduras puede darte muchos beneficios con tan solo un poco de esfuerzo.
Con la llegada de la primavera se acerca un momento extraordinario para empezar y cuidar un jardín estupendo, pero ¿cómo empezar el tuyo propio?
Elige el tipo de jardín
Antes de empezar tienes que saber si vas a plantar verduras, hiervas o flores. Si eliges flores, tienes que considera si serán anuales (que tendrás que replantar cada año) o perennes (que perduran año tras año). Aunque siempre puedes hacer mezclas, ya que al fin y al cabo, es tu jardín. Tan solo recuerda cómo nacen todas las cosas grandes: empieza con algo pequeño. Ya sabes lo que dicen, mejor triunfar con algo pequeño, que fracasar con algo grande.
Decide dónde vas a cultivar tu jardín
La mayoría de flores y verduras requieren de luz solar a diario, por lo que elegir el lugar donde vas a crear tu jardín tiene una importancia inigualable. Observa bien cómo se mueve el sol durante todo el día, ya que es más fácil que las plantas toleren la sombra, que el exceso de sol.
No obstante, averigua previamente la cantidad de horas de sol que necesitan las flores o verduras que planeas plantar.
Puedes cultivar directamente en el suelo de tu jardín, pero también puedes hacerlo en jardineras. Puedes comprar tus propias jardineras en cualquier superficie de bricolaje o acondicionamiento del hogar, pero también puedes construir las tuyas propias. Si piensas fabricar tus propias jardineras, asegúrate de contar con las herramientas adecuadas. Como mínimo, necesitarás listones de madera y una sierra de calar.
Tu jardín tiene que estar ubicado en un sitio al que puedas acceder fácilmente y que puedas revisar sn dificultad. También es importante que exista una toma de agua cerca, para simplificar la tarea de regado.
Acondiciona el suelo
Es crucial eliminar cualquier rastro de césped o maleza que exista en la superficie donde vas a plantar tu jardín.
También tienes que tener en cuenta el uso de compost o si el suelo necesita algún arreglo. Puedes añadir hojas en descomposición, recortes de pasto seco o estiércol.
Después espera un par de semanas para entender cómo funciona el suelo y cómo mejorarlo.
Quizá necesitas remover la tierra para que las raíces se adhieran con mayor facilidad, pero asegúrate de que no está demasiado húmero o seco, ya que esto podría estropear su estructura. ¿Cómo asegurarte de que está en perfecto estado? Cuando puedes formar una bola suelta en tu puño, pero lo suficientemente seca para desmoronarse cuando la sueltes.
Ayúdate de una pala para mezclar bien la superficie donde vas a plantar tu propio huerto o las flores.
Escoge qué vas a plantar
Quizá prefieres revisar tranquilamente todas tus opciones, pero hay otras personas que prefieren ir directas al grano.
Sea como seas, tendrás que elegir plantas adaptadas a tu clima, a tu suelo y a la cantidad de luz solar disponible. Incluso puedes buscar en internet dónde compras tus plantas.
Algunas de las plantas más populares son:
- Anuales: com caléndulas o geranios.
- Perennes: como la salvia rusa o las azucenas
- Verduras: como los tomates, los pimientos y los calabacines.
Empieza el cultivo
Algunas plantas necesitan ser plantadas en otoño o al final del invierno, pues toleran bien el frío. No obstante, otras verduras, como los tomates, son más sensibles al frío, por lo que necesitas esperar a que pase el invierno.
Generalmente, entre mediados de primavera y mediados de verano es la mejor época para plantar flores perennes.
En cualquier caso, necesitas investigar la información sobre cuándo plantar, a qué profundidad y qué distancia mantener entre semillas.
También puedes comprar recipientes específicos para tus plantas, así como mezclas de tierra. Tan solo sigue las instrucciones y coloca los recipientes en un alféizar con suficiente luz solar. Las semillas deben mantenerse húmedas, pero no mojadas.
Riega tu jardín
Tu jardín nunca debería estar seco. Esta es la razón por la que necesitas regar día a día tus plantas, disminuyendo la cantidad de agua conforme van creciendo. La frecuencia de agua depende del suelo, de la humedad del clima y de la frecuencia con la que llueva.
Trata de regar lentamente tu jardín para que el agua llegue hasta sus raíces. Haciéndolo bien temprano por la mañana evitas que se evapore rápidamente.
Aprovecha el mantillo
Cubre todo el suelo con mantillo para evitar las malezas fuera y facilitar la tarea de regado. En función del tipo de plantación, tendrás que elegir un mantillo que se descomponga en pocos meses o que tenga una mayor duración.
Desarrolla tu jardín
Si ya te has puesto manos a la obra, ahora tan solo necesitas mantener el riego cuando sea necesario. También tendrás que eliminar las malezas antes de que crezcan.
Tu jardín está en camino: ¡con un poco de atención y de cariño, en pocos meses estarás viendo el fruto de todos tus esfuerzos!