¿Sabías que todos tenemos un recurso innato que podemos utilizar para alcanzar todos nuestros objetivos? ¿Qué es y cómo funciona la inteligencia emocional? ¿Cuáles son las claves o tips para aprovechar todo su potencial y lograr todo lo que nos propongamos?
¿Has escuchado hablar de la inteligencia emocional? En los últimos años ha sido el tema de conversación de la psicología y la ciencia. Y es que antes se pensaba que existía un solo tipo de inteligencia, pero nuevos modelos de investigación dieron con que en realidad la inteligencia era prismática, y uno de sus lados más fuertes es la inteligencia emocional.
Parte de la inteligencia emocional es la habilidad de controlar las emociones sin permitir que estas nos controlen. Si tienes problemas en este aspecto en particular, te decimos cómo aprender a controlar las emociones.
Aprender a controlar las emociones
El modelo más común utilizado para la capacidad de inteligencia emocional es el modelo de cuatro ramas de Mayer, Caruso y Salovey. En este modelo, la inteligencia emocional se divide en:
- La capacidad reconocer o percibir las emociones en uno mismo y en los demás.
- Utilizar las emociones para comunicarse.
- Comprender y regular las emociones.
- Estar abierto y manejar las emociones y promover la comprensión y el crecimiento personal.
Significa que un individuo emocionalmente inteligente es capaz de percibir, transmitir, comprender y regular todos los tipos de emociones de manera efectiva.
Si quieres aprender a desarrollar tu inteligencia emocional, toma en cuenta los siguientes consejos. Están basados en las cuatro ramas y con ellos podrás aprender a controlar tus emociones.
Sintonizarte
Muchas veces, las personas apagan sus emociones sin siquiera darse cuenta. En lugar de estar en sintonía con sus emociones y captar cada una de las alertas, deciden ignorar o reprimir una emoción.
Por ejemplo, generalmente cuando nos preguntan “¿cómo estás?”, respondemos automáticamente “bien” sin siquiera reflexionar en ello. Ese tipo de conductas nos enseñan a eclipsar y desconectar nuestras emociones. Es necesario prestar atención a los sentimientos sinceros.
Rebobinar
Una vez que sintonices tus emociones, da un paso atrás y pregúntate “¿cómo llegué aquí?”, es decir “¿de dónde proviene esta emoción?”. A veces, un acontecimiento simple que creímos que pasamos por alto puede desencadenar una reacción que no esperábamos. Comprender de dónde surgen nuestras emociones y qué las evoca es un componente crucial para aprender a manejar las emociones.
Avanza rápido
No te quedes atado a un sentimiento. Generalmente, cuando experimentamos una emoción fuerte cometemos el error de alimentarla con pensamientos a veces hasta poco realistas. Fundamentalmente, hay que entender que es necesario avanzar porque cuando experimentamos nuestras emociones no somos los únicos afectados. En resumen evita tomar a pecho algunos sentimientos.
Quienes nos rodean también sufren de alguna manera. Es necesario tener una buena perspectiva que nos incluya a nosotros y a nuestro círculo en lo que está pasando, poner en sintonía las emociones y el pensamiento y avanzar.
Profundizar
Hay que tener perspectiva de las situaciones, pero ciertamente también es necesario profundizar. Parte de la inteligencia emocional es saber identificar con certeza el tipo de emociones que experimentamos.
Frecuentemente escuchamos que cuando alguien está enamorado siente mariposas en el estómago, pero ¿ese signo aplica para nosotros? Reflexiona sobre los propios signos de cada una de tus emociones.
Controlar el volumen
En silencio claramente no podrás aprender a controlar tus emociones pero tampoco lo haremos alzando la voz. Esto comienza desde las voces en nuestra cabeza.
Es necesario darle más volumen a las voces de la abuela, la madre o el padre que aconsejan qué hacer en medio de una situación, y bajar un poco el volumen de nuestra propia voz alterada en esos momentos de angustia.
Ajustar el brillo
Las emociones negativas pueden eclipsar todo lo que nos rodea, lo vemos todo malo y hasta llegamos a sentir recelo de nuestros propios amigos. Ese mismo poder lo tienen las emociones positivas en sentido adverso.
Pero cuando se transita por una emoción negativa es necesario ajustar el brillo, enfocar la gratitud y los sentimientos relacionados con felicidad y satisfacción.
Presiona pausa
Cuando las emociones se desbordan o están a punto, es necesario retirarse, tomarse un par de minutos para volver. En ese tiempo las personas inteligentes emocionalmente suelen respirar profundo y contar.
Cuando se respira, se debe pensar en el proceso de respiración, las sensaciones que experimenta el cuerpo al recibir y soltar el aire. Es una técnica que, aunque breve, puede ayudarte a recuperar tu equilibrio emocional.
Detente
A veces un minuto no es suficiente, por eso, para aprender a controlar tus emociones necesitas conocer tu umbral. Entra en juego lo que los psicólogos llaman detenerse, que por lo general se refiere a alejarse el tiempo suficiente de la situación.
Salir a caminar, alejarse un par de horas de la oficina o la casa, tomar un vaso de agua, etc., pueden reducir la excitación emocional y recuperar claridad.
Apagar
Si estás sosteniendo una acalorada discusión a través del móvil o el computador, ¿qué es lo más sabio? Cuando veas que las cosas están traspasando el límite, desconéctate.
El apagar la interfaz donde se genera el problema te dará el tiempo para reflexionar y saber si lo que estás diciendo es lo que realmente quieres decir. Esto te ayudará a reconectarte con tu mente, corazón y alma, para que no te hagas más daño a ti o a la otra persona.
Recargar
Tiene gran valor la decisión de aprender a controlar tus emociones. Ciertamente, podrías elegir activar el piloto automático en lugar de usar los controles. Es un proceso de aprendizaje que puede resultar agotador pero los beneficios son muy grandes. Es de valientes.
Por eso, es importante tomarse un tiempo para recargar. Cada persona recarga sus energías de manera distinta, hay a quienes les funciona la meditación, otros usan la oración, otros las caminatas en la naturaleza, otros tomar un café al atardecer solo o con amigos. Solo tú sabes cuál es tu método, pero siempre que tengas una semana difícil, aparta un momento para recargar. Emocionalmente, eso promoverá tu salud.
Así que ya lo sabes, no ignores tus emociones pero tampoco las alimentes con pensamientos negativos. Ten perspectiva de las situaciones, pero al mismo tiempo aprende a identificar cada emoción que experimentas. Tómate uno o más minutos alejado de las situaciones cuando sea necesario. Y finalmente, tómate un tiempo para ti en el que te sientas satisfecho. ¡Buena suerte!